La Falsificación y Alteración de la Moneda Mexicana. Parte 4.

Continuamos con la cuarta parte de la interesante conferencia ofrecida el 9 de marzo en asamblea No. 734.


Texto e imágenes: Lic. Manuel Farrera
Transcripción: Jesús Amín Tejas C. Delegado de promoción.



El Nacimiento de Los Billetes Bancarios



El primero de Agosto de 1864, durante el Gobierno de Maximiliano de Habsburgo, se fundó el Banco de Londres, México y Sudamérica, primer banco privado del país, publicando que su capital ascendía a medio millón de libras esterlinas. Este banco tiene el merito de haber introducido en nuestro país los billetes de banco con aceptación de la gente, ya que garantizaba su cambio por plata a la par en sus propias oficinas.



La primera emisión de billetes, en 1865, constó únicamente de 1400 piezas de 5 pesos impresas por la firma inglesa J.H. Sanders, en una sola cara y en fino papel de algodón; cabe mencionar que esta emisión no registra falsificaciones toda vez que los billetes los manejaban clientes con recursos y no la población en general.





Es hasta 1887 cuando aparecen de manera aislada las primeras falsificaciones en los billetes de este banco, siendo piezas únicas elaboradas de manera artesanal (a mano) lo que no ocasionó un riesgo para el banco ni para su garantía cambiaria.




Como medida de seguridad las posteriores emisiones de billetes del Banco de Londres, México       y         Sudamérica         fueron         encargadas          a          empresas reconocidas internacionalmente, mismas que elaboraban papel moneda como la firma inglesa Bradbury Wilkinson (BW&C) y posteriormente a la American Bank Note Company  (ABNC) de Nueva York.



La emisión de billetes bancarios encontró condiciones favorables especialmente durante el Porfiriato, ya que en 1897 Porfirio Díaz había promulgado la Ley de Instituciones de Crédito, estableciéndose un firme, funcional y organizado sistema para la creación de otros bancos; entre 1897 y 1903 hubo 21 bancos de emisión que comprendían el sistema financiero en toda la República.



Cada billete tenía impreso su valor nominal en letra y número así como una leyenda que bien podía decir "Pagará a la vista al portador", "A la par en dinero efectivo", o "en moneda del cuño corriente mexicano" la cantidad impresa en el mismo.  En Estados Unidos, por ejemplo, los billetes decían: "Falsificar es la muerte"



El canje por metálico se llevaba a cabo directamente en las oficinas bancarias, lo que desalentaba a los falsificadores quienes preferían engañar y defraudar a otras personas circulando billetes falsos antes que acudir ante un cajero quien conocía perfectamente los diseños de los billetes que canjeaba. En esta época existen muy pocas piezas falsas reproducidas de forma artística, es decir, que hayan sido elaborados linea por linea totalmente a mano, considerando, en lo personal, que estas piezas son verdaderas joyas de museo.


Los diseños de algunos billetes bancarios que fueron copiados, calcados o coloreados a mano, reproducen con especial cuidado cada detalle hasta darles una apariencia similar a los auténticos, destacándose su calidad artística, tiempo y dedicación que se requería para elaborarlos en su totalidad pieza por pieza.



El billete falso de 50 pesos que se presenta en la parte de abajo (del cual se desconoce su autor) esta hecho totalmente a mano, en él se puede ver que el artista le dedico mucho tiempo a copiarlo con gran maestría.



A pesar de lo antes señalado, observen un detalle del billete, que si bien por si sola es una obra de arte hecha a mano, lamentablemente el falsificador al escribir el nombre de la ciudad en donde refiere fue emitido, escribió erróneamente -TAMPIPICO-  en vez de -TAMPICO-,  y no se necesita ser un perito en grafoscopía para darse cuenta que la letra "a" que aparece en dos firmas diferentes, tiene exactamente el mismo trazo.



Así, los falsificadores también llegaron a alterar el valor nominal de los billetes bancarios para que tuvieran la apariencia de un monto mayor que el verdaderamente asignado; noten las impresiones en letra que dicen -CINCUENTA PESOS- en la parte baja del billete alterado, en comparación con la denominación de -100- pesos a que refiere el valor numeral en ambos lados.


Las alteraciones nominales de billetes llegaron a circular con relativa facilidad, esto debido principalmente a la falta de atención y conocimiento preciso de los diseños de lo billetes los cuales, sin exagerar, actualmente seguimos sin conocerlos. En algunos bancos los billetes de mayor denominación estaban parcialmente controlados, toda vez que se firmaban a mano por el Interventor del Gobierno, Gerente y Consejero o Cajero del banco el día que eran liberados, quedando constancia de su registro; otros bancos también los fechaban y sellaban directamente en sus sucursales.


Otra forma de falsificación se presentó cuando se robaban ESPECÍMENES de los propios bancos y los firmaban para hacerlos pasar como billetes legalmente emitidos, haciéndolos circular fácilmente entre la población, aunque en realidad se trataba de piezas alteradas.







Fin de la Cuarta Parte; continuamos la quinta con "La Falsificación y Alteración de la Moneda Mexicana. Parte 5"








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